¿ A dónde se han ido las Buenas Costumbres?

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Cultura de la legalidad, rescate de valores, conciencia social, son algunos de los conceptos afines que se han “puesto de moda” debido a la crisis que vive la sociedad por falta de oportunidades para los jóvenes, fracaso del sistema educativo, desempleo, carencia de tiempo para que padres e hijos convivan, políticas públicas que no impactan positivamente en la familia.

Cualquiera que sea la causa de esta crisis; generaciones atrás, simplemente estos conceptos se resumían en dos palabras: buenas costumbres, que se han ido perdiendo con el ritmo de vida acelerado, los problemas, el tráfico, el cotidiano ajetreo y la indiferencia social.

Aunado a todo esto encontramos la ansiedad y el estrés que aqueja a las personas sin respetar edades, sexo, posición social u ocupación; es algo inherente al ser humano actual que vive siempre con problemas e incluso si no los tiene los imagina adelantándose a los acontecimiento de su vida.

Retomando el concepto de conciencia social, diremos que es la manera en que una persona percibe a los demás o el conocimiento que tienen de los que lo rodean, e incluso de su importancia y el trato que debe tener para con ello.

Existen muchas frases de las que podemos echar mano para tener una actitud amable, solidaria y positiva con la vida, por ejemplo: “trata a los demás como quieras que te traten”, o “no hagas a los demás lo que no quieras para ti.

Sin embargo es tan difícil llevar a cabo esta tarea –aunque a diario salgamos de casa e iniciemos el día con esa intención-. Basta tener el primer incidente en el tráfico, en el supermercado, en la escuela, trabajo o en el camión, para dejar de lado las buenas intenciones –y las buenas costumbres- “sacar la espada” para no dejarnos de nadie y “atacar” a quien se nos ponga enfrente, a quien se nos atraviese en el camino.

Viene a mi mente la anécdota de un par de policías que detiene, esposan y remiten a la cárcel a una mujer por ir tocando el claxon sin ton ni son, enojada agrediendo verbalmente a los demás automovilistas y gritando furiosa a los otros guiadores para que se apuren o la dejen pasar.

En los separos la mujer reclama que la hayan detenido si su comportamiento no lo ameritaba. Los agentes contestaron: “Debemos averiguar si el auto que conduce es robado”.

La mujer afirma molesta que por supuesto es de su propiedad, a lo que los policías responden: “es que trae pegadas calcomanías que dicen: “Dios es amor”, ”Ama a tu prójimo”, “Sé amable”, “Sonríe”, etcétera, y su comportamiento era totalmente opuesto… Así que pensamos que no era su auto…

A veces es difícil cambiar la forma de actuar, y más si la influencia negativa de los demás nos pone a la defensiva, pero es bueno hacer el propósito de realizar una buena acción. Para cambiar el mundo, el entorno, hay que empezar cambiando nosotros mismos.

Pensemos en la satisfacción que nos da una buena acción, una buena costumbre como ceder el paso, tener paciencia con los adultos mayores y los molestos gritos de los niños, dar el asiento a un anciano, una embarazada o una mujer que carga a su bebé, ayudar a pasar la calle a una persona con problemas motores; hay tantos ejemplos y tantas ocasiones para hacer el bien.

La práctica de las buenas costumbres además de dejar satisfacciones personales, dice muchas cosas positivas de quienes las practican: son personas educadas, sensibles, amables, de gran corazón, con principios, y que no son indiferentes a las necesidades, tristezas y sufrimientos de otros.

Hagamos la prueba con una buena acción cada día, y poco a poco iremos recuperando los valores, las buenas costumbres o como queramos llamarles.

Staff de Notiissa.mx

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