El secreto de los túneles. Por: LORENZO PÉREZ

Por  |  0 Comentarios
Print Friendly, PDF & Email

¿Escapar?, no resulta fácil. Más de una persona ha sufrido un infarto al quedarse atrapado en un elevador. El miedo y la costumbre paralizan. La pesadilla aparecía, de manera recurrente, sorpresiva y peliaguda. Puntual las escenas del mal sueño en que me veía atrapado. Me encuentro rodeado de túneles, cárceles y encierros.

Aparecen rejas por todos lados. Preso en un confinamiento de dinero, de poder político y de caos social. En la oscuridad aparecía una luz lagañosa. La urgencia es escapar. A veces me despierto sudoroso con el sedimento del sueño donde mi guía cartográfica orienta la línea de fuga hacia la libertad. Llegó la hora del Éxodo. El meollo consiste en obtener una copia de los planos ¿Verdad, atrevido y poderoso Chapo?

Hace más de cuatro décadas, Chihuahua, el país (México) y varias partes del mundo se convulsionaban por una frenética urgencia de cambio. Nada ni nadie escapaba de esta espiral renovadora. En Occidente, la protesta y demandas estudiantiles estremecían a las universidades. Los gobiernos desbordados, con golpes de autoridad, sometieron la presión juvenil.

El brote de conciencia estalló en sacerdotes, periodistas, intelectuales, maestros y movimientos sociales de obreros y campesinos. Se enarbolaban banderas de derechos humanos ciudadanos. Las ideas y prácticas de liberación de la mujer llegaban de Francia y Estados Unidos. Se respiraban tiempos sociales y políticos. El atrevimiento llegaba a imaginar y soñar con otro modelo de sociedad.

Este contexto convulso convocaba a la aventura. Inquietos y preocupados por el acontecer de Chihuahua, de México y del extranjero; acuciados por comprender a fondo lo que estaba sucediendo, y urgidos por desentrañar la realidad, asumimos el compromiso y la tarea de reunir información de prensa (memoria), para analizarla de manera seria y formal, con el propósito de que nos aportara luz y conocimiento sobre el túnel en que nos encontrábamos atrapados.

Pasaron los años y nos volvieron a instalar en el mágico cuento de Alicia en el País de las Maravillas. Hoy el mundo es otro y la realidad cambia de manera radical y vertiginosa hacia una nueva civilización. La revolución tecnológica y digital modificó de manera sustancial la comunicación, acortó la distancia y aceleró los tiempos, características que nos tornaron instantáneos, globales y confortables.

Ahora a la sociedad, sobre todo a gran parte de los jóvenes, le resulta más intrincado advertir, y menos interpretar, el túnel donde nos encontramos sofisticadamente atrapados por dispositivos digitales adictivos. Permanecemos inmersos en un presente perpetuo donde no existe el ayer, saturados de información abundante, dispersa y efímera, local y global. Devotos a la religión y al culto de lo individual y del consumo. Nada de ideas locas políticas y sociales. Un mundo donde se impone la cultura de la imagen, y en masa se declara la guerra a muerte y no vigencia, para las mayorías, de los hábitos y derechos humanos existenciales de leer y de pensar.

Las redes, la prensa y la televisión, nos convierten en locales y globales. Nos mantenemos, de inmediato, al tanto de los acontecimientos estatales y nacionales, pero con igual naturalidad nos enteramos de lo que pasa en Siria, China, la Unión Europa y el resto del mundo. Ponemos especial atención en el acontecer de nuestro vecino USA, que incide en México de una manera y de otra.
Nos sentimos orgullosos de ser arquitectos de un extraordinario acervo documental, mismo que una vez trabajado con seriedad, aporta unas huellas indicativas que nos orientan hacia los planos del túnel: ¿Por qué tanta desigualdad y pobreza? ¿Podemos escudriñar la indiferencia como enfermedad social? ¿Dejaremos de entretenernos y distraernos con una democracia de juguete y de monedas? ¿Hasta cuándo y hasta dónde llegará el cáncer mexicano de la corrupción y la violencia? ¿Se detendrá la migración atropellada hacia USA? ¿Quién se beneficia con una prensa agredida, temerosa y sometida?

El Chapo Guzmán escapó, recuperó -¿por un túnel?- la libertad, como Houdini, al fugarse de la cárcel de máxima seguridad de Almoloya, tan fácil, seguro y tranquilo como si fuera mago de un cuento fantástico, como en un acto de prestidigitación, o como el protagonista de una serie de televisión. ¿Nosotros podremos escapar?

La pista llegó de Roma. Ahora el Papa Francisco, inspirado y también iluminado, nos entregó una propuesta seria, documentada y radical, en su última Encíclica, Alabado seas, “Sobre el Cuidado de la Casa Común”, para transitar con dolor y riesgo hacia el Reino de la Vida, es decir, escapar del túnel.

De seguro más de un arzobispo, con sus curas y religiosos, ya convirtieron el documento de Francisco en una programa de pastoral, es decir, en Talleres Integrales del Cuidado de la Casa Común, similares a la inspiración que tuvieron en Chihuahua, hace 30 años el Arzobispo Don Adalberto Almeida junto con algunos de sus curas, religiosos y laicos más inquietos y proféticos al estallar una bomba con los Talleres de la Democracia que pusieron los pelos de punta a las autoridades y al PRI. Al poco tiempo el fuego amigo eclesiástico (nuncio Gerónimo Prigione) y el poder político (presidente De la Madrid y Bartlett) lo persiguieron como terrorista y le impusieron silencio y obediencia.

La historia eclesiástica de Chihuahua, hasta la fecha, caracteriza a los tres últimos arzobispos, con documentada objetividad: el padre, pastor y profeta, el déspota y el mediocre.

El Arzobispo Constancio Miranda Weckman todavía tiene oportunidad de conducir a su grey, acompañado de su clero y religiosos, por el camino tortuoso, pero iluminado por la luz del Papa Francisco, hacia la salida del túnel. El hombre de fe no descarta los milagros.

Exégesis de la idea completa:
Señor Arzobispo, yo no escribo mis versos.
Me lo mete en el bolsillo
(qué delicadeza de Dios)
sus ángeles mensajeros.
Debo confesar aquí, humildemente,
que no tengo originalidad.
Y ahora yo pregunto solamente:
¿Son estos unos versos blasfemos
o son unos sagrados documentos?
¡Oh, este viejo y roto violín!
León Felipe,
Colección Málaga, México 1968, Pag. 70

Staff de Notiissa.mx

Tienes que iniciar sesión para escribir un comentario Iniciar sesión