Salarios mínimos, consumos insuficientes…

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Con gran estruendo ha sido anunciado en esta semana la homologación al salario mínimo por parte de las autoridades oficiales, lo cual al parecer se nos ha querido vender como una idea y reforma de gran calado a nivel económico.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), el área geográfica B que está conformada por dos mil 341 municipios con 752 mil trabajadores asalariados que perciben un salario mínimo más bajo que la zona A, son los que se beneficiarán de la homologación salarial, se nos dice que la medida es relevante toda vez que el área geográfica B representa a 95% de los municipios del país.
El salario mínimo vigente en el área geográfica B era de $68.28 pesos diarios hasta el día ultimo de septiembre, pero la CONASAMI y la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron la unificación de los estados clasificados en área B con la A, con el fin de fijar un solo salario mínimo general, en $70.10 pesos diarios.
Con este planteamiento en todo el país se da la reestructuración al salario mínimo, aunque la medida a los empresarios les costará un pequeño desembolso adicional, lo cual no repercute en sus costos de producción a decir de Juan Pablo Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), para el trabajador este incremento de $1.82 (un peso con ochenta y dos centavos) no resulta relevante ante la oleada de aumentos que han tenido los productos de primera necesidad.
La medida aunque parece tener un gran espíritu por servir a los golpeados bolsillos de los mexicanos no resuelve el problema microeconómico por el cual atravesamos, ya que monto del salario es anticonstitucional e incluso va contra la misma Ley Federal del Trabajo, ya que no alcanza, para vivir dignamente, dado que el poder adquisitivo ha perdido más del 77 por ciento de su valor y difícilmente podemos darnos lujos ahora, solo pagamos y compramos lo indispensable.
Habrá que esperar a que el mismo gobierno solvente con los subsidios los productos de la canasta básica, como lo hace en la entidades del sur del país y que estaban ubicadas en la zona B, al decir esto nos referimos a productos como las tortillas, la leche, el huevo, la carne, las frutas y verduras y ni que decir del transporte y los combustibles, claro además de la energía eléctrica, cuyo monopolio está en manos de la paraestatal Comisión Federal de Electricidad.
Para los trabajadores “de a pie”, la realidad es otra. Apenas a un 13.7 por ciento de la población, según el INEGI, que recibe un salario mínimo, es el mismo porcentaje que verá en su quincena 50 pesos más para llevar a sus bolsillos, pero el resto no.
El poder adquisitivo del salario mínimo en México ha registrado una caída del 77.79 por ciento de 1987 al 2014, lo que refleja que una familia apenas puede comprar solo 34 por ciento de una canasta de productos recomendables con un salario mínimo, según reveló un estudio de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La investigación realizada nacionalmente por los académicos de la UNAM, utilizó una canasta de 40 productos recomendables para la alimentación del mexicano elaborada por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, la cual tuvo un valor en los supermercados de $195.30 pesos, $186.30 pesos en mercados públicos y $172.40 pesos en tianguis o mercados sobre ruedas.
Ante lo inestable que se encuentra la economía del país, a las familias no les basta con la homologación de salarios, lo ideal sería aumentarlos.
Con base en lo anterior difícilmente podemos darnos lujos ahora, solo pagamos y compramos lo indispensable…
Así las cosas estimado Alter Lectoris, o usted quien como siempre tiene la última palabra en este espacio, considera qué se podrá vivir con esos salarios de miseria…

Escribanos al correo electrónico: notiissa@yahoo.com.mx

Staff de Notiissa.mx

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