Vuelve al trabajo de campo con prótesis de pierna

«Pensé que jamás volvería a caminar, imaginé que estaría siempre en la casa después del accidente donde me electrocuté, fueron momentos difíciles para mí y mi familia porque por algunos momentos la esperanza de regresar a trabajar era imposible», es el testimonio de Adrián, un hombre joven originario de la comunidad de Estación Morita, en Valle de Allende, quien poco a poco logra adaptarse al uso de prótesis de las dos piernas que le fueron amputadas después de un accidente que sufrió en el trabajo.

Adrián comparte: «No me gusta depender de la demás gente, me gusta valerme por mí mismo; desde chico he tenido ese pensamiento, si salí adelante es por mi pensamiento, gracias a Dios que tengo ese carácter y a echarle las ganas, nunca me fui para atrás. Al inicio dudé que las prótesis me fueran a funcionar, no imaginaba que fueran a aguantar porque camino mucho, aquí en el trabajo la mayoría del tiempo es estar caminando y no he tenido ningún problema, al contrario gracias a las prótesis vuelvo a ser productivo».

A los 21 años, Adrián se encontraba en el campo trabajando como cualquier otro día, como encargado del sistema de riego de una parcela recibió una descarga eléctrica. Inmediatamente fue trasladado al hospital de Valle de Allende. Su estado médico era delicado y la posibilidad de caminar, nula.

Pasaron los días, se fue complicando su estado de salud, sentía graves complicaciones con extrema temperatura, después le amputaron el pie derecho: “Pensé que no iba a caminar nunca, fue difícil adaptarme a lo que me había ocurrido, salí del hospital en silla de ruedas, empecé a acudir a las terapias del DIF, fui evolucionando más rápido de lo que imaginé; de ahí seguí en el CREE en Chihuahua, me empezaron a adaptar la prótesis, me enseñaron a usar las muletas con secuelas del accidente hubo la necesidad de amputar la otra pierna. Pero después de ver que la primera prótesis si estaba funcionando decidí que sí me amputaran el otro pie».

Su vida era trabajar en máquinas, tractores, con los caballos, en la parcela. Pero cambió mucho lo que hacía, y hoy de nuevo está empezando a retomar su vida. “Tenía miedo caerme, hoy me siento muy bien hasta en el autoestima me ha ayudado, antes era hasta agresivo, hoy voy sobrellevando las cosas. La vida sigue, por algo Dios nos pone de prueba cualquier situación pero hoy de nuevo puedo valerme por mi mismo, a mi familia le comparto que estoy bien y ellos me ven así».

Poco tiempo después de las cirugías, Adrián se enteró de que el DIF Estatal tenía un programa de prótesis y fue posible que le ayudaran en obtener dos prótesis de piernas. “Y míreme ahora, ya regresé a manejar el tractor, estoy de vuelta en el campo en la cosecha de cebolla, de nuez; gracias a Dios regresé al trabajo».

Con las prótesis adaptadas, Adrián confiesa: «Volví a nacer, volví a caminar, ahí la llevo poco a poco haciendo mi vida lo más normal, nunca me dejé caer, siempre vi por el lado bueno lo que me había pasado”.

Las dos piernas de Adrián son prótesis a las que accedió gracias a un programa de rehabilitación física del DIF Estatal, pero ni siquiera parece ser una persona con discapacidad, pues luego de algunos años de haberse electrocutado, regresó a sus labores en el campo, maneja el tractor, siembra y cosecha como cualquiera, tras haber superado la crisis emocional y las secuelas de un grave accidente.