Razones para comenzar la dieta Mediterránea
Se dice que la dieta mediterránea es la más saludable del mundo. Esta dieta ha sido científicamente demostrada por numerosos estudios para promover la buena salud, disminuyendo el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y potencialmente mortales.
Además, esta dieta también ha demostrado alargar la vida útil saludable en los adultos de edad avanzada. Esto se debe a que la ingesta de calorías de la dieta mediterránea es más baja que en otras dietas, y ayuda a preservar la memoria, además de reducir el riesgo de contraer enfermedades graves.
Un estudio realizado en Suiza donde participaron adultos sobre los 70 años dio como resultado que aquellos que comían más carne y productos animales tenían menos esperanza de vida que aquellos que consumían una dieta mediterránea.
En la práctica, los participantes del estudio que llevaban una dieta mediterránea, demostraron vivir de dos a tres años más en comparación con aquellos que no lo hicieron.
Componentes de esta dieta
Grandes cantidades de fruta fresca y verduras son los alimentos básicos de la dieta mediterránea, así como son las legumbres, nueces y cereales. Las hierbas y especias se utilizan sobre todo con el fin de dar sabor a la comida. El aceite de oliva es una de las principales fuentes de grasa en esta dieta. Huevos, pescado, aves y carnes rojas también se comen en pequeñas cantidades.
Otros beneficios de la dieta mediterránea
Seguir una dieta mediterránea
reduce el riesgo de contraer enfermedades como el alzheimer, cáncer,
enfermedades del corazón, colesterol alto, triglicéridos altos y
parkinson. Esto es debido a la ingesta de grasas insaturadas
saludables, al consumo de nueces y aceite de oliva como parte de esta
dieta. Además de contribuir a la reducción de estos riesgos, el alto
contenido de fibra y nutrientes de las frutas y vegetales explican la
importancia de esta dieta.
Cómo hacer que tu dieta sea más mediterránea
- Cocina en casa más a menudo
Llena tu cocina de alimentos no procesados para que puedas controlar el tamaño de las porciones, la sal y las calorías. Abastece tu despensa y nevera con productos de inspiración mediterránea, como los tomates enlatados, pasta de trigo integral y verduras congeladas.
- Obtén las proteínas de los frijoles y pescado
Esto no significa que tengas que dejar de comer carne por completo, pero puedes comenzar a sustituirla por frijoles, nueces y cualquier tipo de legumbre o pescado. Esto te ayudará a reducir el consumo de grasas saturadas. Puedes preparar sopas calientes y utilizar la carne pero solo como saborizante de vez en cuando.
- Enamórate del aceite de oliva
Da total prioridad al aceite de oliva antes que a la mantequilla o la manteca del cerdo pues es mucho más saludable para el corazón. Puedes rociar con un poco de aceite las verduras durante la cena para potenciar su sabor natural. Los aceites de oliva con color amarillo o verde tienen un sabor más pronunciado.
- Permítete una copa de vino
Si disfrutas de una copa de vino, trata de incorporarlo en tus comidas y evita beber durante el resto del día. Beber vino con moderación aumenta el colesterol bueno, regula el azúcar en la sangre e incluso ayuda con la digestión. El vino tinto, en particular, también te dará una buena dosis de resveratrol, que es bueno para el corazón.
Ysabel T.L.
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Fuentes: Natural News, LiveStrong, eatingwell
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