Aprende a descifrar los códigos de las frutas y verduras
Si eres un buen observador, te habrás dado cuenta de que las fruta que compras en los supermercados tienen unos números marcados en ellas. Estos números se llaman códigos PLU y revelan una importante información sobre las maneras en que se produjo la fruta – si es orgánica, cultivada de manera convencional o genéticamente modificada – junto con otra valiosa información que debe ser de interés para el comprador. Vamos a ayudarte a desmitificar estos códigos, para que siempre tengas la seguridad de saber qué estás comprando.
En primer lugar, ¿Cuáles son los códigos PLU?
PLU significa «Precio de búsqueda», y se refiere al código que se encuentra en las pequeñas pegatinas que encontramos pegadas en las frutas y verduras disponibles en las tiendas de los supermercados. Cada código tiene por objeto ofrecer información a los cajeros sobre qué precio deberían cobrar a los compradores. Las manzanas, por ejemplo, vienen en muchas variedades, y gracias al código PLU, el cajero es capaz de distinguir una de la otra. Aparte de la caja, tú (como comprador) tendrá el derecho de saber lo que revelan estos códigos.
El significado de los códigos PLU
Los códigos PLU normalmente consisten en 4 o 5 dígitos, y en función de los dígitos que comienzan con determinado número, pueden revelar información diferente sobre la forma en que la fruta se cultivó. Esto es lo que cada caso significa:
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¿Por qué los códigos PLU no siempre son confiables?
En primer lugar, es importante saber que los códigos PLU no son obligatorios, por lo que no siempre es posible para nosotros saber cómo determinado producto fue cultivado. En segundo lugar, como acabamos de ver con los productos OGM, a veces las empresas tienden a etiquetar mal un producto para ocultar hechos reales. Por supuesto, lo hacen en beneficio de sus ventas – sobre todo porque la mayoría de los estadounidenses dicen querer evitar el consumo de estos productos modificados. Sin lugar a dudas, las frutas y vegetales genéticamente modificadas son malas para la salud, y aunque el 60-70% de los alimentos contienen ingredientes de este tipo, no se nos informa lo suficiente acerca de su presencia, así como de los efectos a largo plazo que tienen sobre nuestra salud. Y lo que es peor, parece que hay poco o nada de los requisitos que hace cumplir la ley de transparencia. |
¿Cómo puedo evitar los transgénicos?
Las empresas pueden ocultar el hecho de que sus productos hayan sido modificados genéticamente. Así que si tienes dudas al respecto, aquí te mostramos algunas formas confiables de saberlo: La etiqueta «USDA de CERTIFICACIÓN ORGÁNICA»: Esta etiqueta está certificado por el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), un departamento que ofrece investigación profesional sobre la alimentación, la agricultura y la nutrición. Encontrar esta etiqueta en tus productos significa que el uso de OGM fue completamente prohibido en la producción del producto, y que es orgánico. El USDA requiere una prueba tangible de cada empresa antes de dar oficialmente el etiquetado. Esto no sólo se aplica para las frutas y verduras, pues cualquier producto puede incluir rastros de OGM. Etiquetas «no-OGM»: Esta etiqueta está certificada por el Proyecto No-OGM, una organización sin ánimo de lucro que ofrece verificación y etiquetado de los alimentos y productos elaborados sin modificaciones genéticas en América del Norte. Su misión consiste en trabajar mano a mano con los fabricantes de alimentos, distribuidores, productores y proveedores de semillas para poder identificar si hacen uso o no de OGM. Ellos también ayudan a crear conciencia sobre los efectos y consecuencias de éstos en nuestro sistema de salud y alimentación. |
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