La Histórica visita Papal a Chihuahua

Los habitantes de Chihuahua pueden sentirse afortunados de que la entidad haya sido visitada en dos ocasiones por el sumo pontífice, la primera vez un 10 de mayo de 1990 por el ahora San Juan Pablo Segundo, y próximamente, en febrero de 2016 por el primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica: Francisco.

Se trata de una visita pastoral, con el fin de que los católicos –de palabra, de domingos de misa y de media práctica- vuelvan sus ojos a la institución eclesiástica y sus valores, que son universales y basados en el amor: a los semejantes, la caridad, la compasión y la solidaridad con quienes menos tienen.

El nuevo papa Francisco ha revolucionado la manera de evangelizar, involucrando a todos los que forman la iglesia, no sólo sacerdotes, religiosas y consagrados, sino a todos los laicos; el papa quiere una iglesia en las calles, en hospitales, en asilos y donde haya alguien necesitado no sólo de ayuda material sino espiritual, de la palabra de Dios.

Por más que se diga que se trata de una visita pastoral, desafortunadamente viene a México, a Chihuahua, en donde los menos indicados buscarán figurar en las fotos, ser parte de esta historia y “colgarse la medallita”.

Sin duda las palabras del papa Francisco harán grandes cambios en quienes las escuchen; desde el inicio de su pontificado ha levantado la voz por la opresión, la violación de las libertades y el aumento de la pobreza en todo el mundo; ha condenado el poder y la riqueza en manos de unos cuantos, poder y riqueza que compran no solo justicia y conciencias sino voluntades.

La Iglesia Católica Apostólica Romana que encabeza el papa Francisco sale de los ghetos en defensa de los oprimidos vestidos de pobres, de inmigrantes, de presos inocentes, de niños hambrientos, de madres desesperadas, de ancianos abandonados… Su misión peregrina por el mundo es buscar la paz y el respeto a los más elementales derechos del hombre.

Los más recientes papas fueron precursores de estas acciones a medida que se expandían por el mundo el comunismo, el materialismo-consumismo y el neoliberalismo; Pío 12, Juan 23 el llamado papa bueno, Paulo Sexto, Juan Pablo Segundo y ahora Francisco, han defendido a las personas y a las familias de todo aquello que vaya en contra de sus fundamentos.

Ellos alzaron la voz contra la guerra mundial, el libertinaje juvenil, el aborto, la eutanasia, y ahora contra otros males que son propios de los sistemas que gobiernan el mundo: la corrupción, la desigualdad social, la explotación en todos los ámbitos, pobreza, hambre, injusticias, hartazgo y demás males característicos de este México y este Chihuahua que el mes próximo recibirán al papa.

Es a los jóvenes y a los alejados de la Iglesia a los que estarán dirigidos principalmente los mensajes del sumo pontífice, sobre todo a las nuevas generaciones que han nacido y crecido con estos vicios sociales y por eso no tienen punto de referencia para aspirar a algo mejor.

El papa Francisco encontrará oídos abiertos y sus mensajes caerán en tierra fértil que esperan dé frutos en una mejor sociedad, mejores ciudadanos, y mejores gobernantes; en todo lo bueno que merecen México y Chihuahua.