FOTOS, RECUERDOS Y DESEOS

Por: Carlos Gallegos.

Después de sus actividades dominicales habituales,luego del menudo con o sin pata,de agradeceder a Dios padre con temor reverente por un día más.
De asistir a al culto religioso de su preferencia.
De dar gracias al Dios altísimo y cercano por vivir en un país de libertades.
De orar por el desvalido.
De saludar al vecino.
De sonreirle al sol.
De pedir fervientemente por México y sus gobernantes.
De acordarse del amigo enfermo.
De pedir con la confianza de la fe por la paz del mundo.
De orar porque el gobierno que inicia este mes sea de concordia,de unidad,de honra y respeto a las leyes.
De dedicar un recuerdo emotivo al ser querido que se ha ido.
Al tío,a la tía que no conocimos.
De bendecir nuestro mes patrio.
De pedir perdón ante nuestras fallas,errores y omisiones.
De darle la mano a quien se la hemos negado cegados por la soberbia o el rencor.
De voltear hacia el cielo y pedir,pedir,pedir que llueva mucho,que salgan grandes los ríos y los arroyos,que las presas se colmen,que el agua brinque sus cortinas y nos mojemos la cara con su brisa.
Que la tierra floresca y frute.
Que se abra aquella puerta que se nos ha cerrado.
Que un soplo compadecido se lleve los moyotes y los mosquitos.
Que Dios escuche a Sabina y que el diccionario detenga las balas.
Que los alcaldes que este mes inician su gestión inviertan nuestros impuestos en lo escencial, no en lo superfluo.
Que,como dijo el poeta,nos alejemos de todo lo que intoxica al alma.
Después de estos deseos y peticiones, le ofrezco estas fotos de nuestra ciudad,de la casa grande de todos,de la casa donde cabemos todos, del hogar que nos heredaron aquellos viejos pioneros, aquellas esforzadas pioneras.
Vea las fotos,recuerde un momento que haya pasado ahí, así haya sido a través de las pláticas en casa durante una noche de recuerdos.
Recree la pupila conociendo el Delicias en que vivieron sus abuelos, sus padres, en el que crecieron y bordaron sus anhelos, en el que rieron, lloraron, amaron, fueron amados o
o desamados.
En el que usted está cumpliendo el ciclo inmutable de la vida terrenal.