Las promesas de campaña

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Silvia Madrid.

Vota por x para que haya empleos mejor pagados; vota por y para que tu dinero te alcance; vota por z para tener seguridad, Cuántas veces hemos escuchado esas promesas? En cada campaña para elegir alcaldes, legisladores y presidente; sin embargo todo sigue igual… O peor.

En los últimos años se ha encarecido la vida considerablemente, haciendo que se incremente el número de pobres en el país, y sobre todo los que carecen de pobreza extrema, que es cuando resulta imposible satisfacer las necesidades más básicas, como la alimentación.

Pese a esto, la gente sigue creyendo en promesas y manteniendo la esperanza de que un día todo será mejor. Y llegan esos “funcionarios” que no funcionan, a los diferentes niveles de poder, expresando las mismas promesas que ni ellos creen.

Es cierto que el salario mínimo se “ajusta” cada año. Pero ese “juste” no es acorde con la realidad económica del país, solo unos cuantos pesos se suman al mínimo –que por cierto- ya casi nadie gana-. ¿Y los demás salarios? Sigue igual. Insuficientes.

Basta ir al supermercado y ver que cada día los productos básicos suben, la inflación incontrolable y galopante ha convertido muchos de esos productos en artículos de lujo dejándolos fuera del alcance de la mayoría de las familias.

Realidad que los políticos no quieren ver. Con sus altos sueldos, prestaciones y compensaciones, seguros de vida en nosocomios privados, pago de viajes, autos y celulares con nuestros impuestos, a ellos no les afecta la cruda realidad que vive la gran mayoría en el país.

México despierta, razona tu voto; no lo cambies por una despensa o unos cuantos pesos; eso dura unos días, y las consecuencias de un voto no razonado se prolonga por años, afectando a todos.

La necesidad de la gente es caldo de cultivo para ganar votos a cambio de una dádiva, sobre todo donde hay pobreza e ignorancia.

El norte y concretamente Chihuahua es ejemplo a seguir. Es punta de lanza para lograr cambios significativos, recordemos el inicio de la revolución, el verano caliente y tantos acontecimientos que han puesto al estado en la mira nacional positivamente.

La pobreza hace cambiar el voto por una dádiva, pero la ignorancia es peor, porque la gran mayoría de los mexicanos que hace “triunfar” al abstencionismo en cada elección es por apatía al desconocer el enorme valor que tiene su voto.

Si bien es un derecho también es una obligación cívica para marcar el rumbo del país. Si esos abstemios a votos supieran la importancia que tiene su participación, ahora si que “otro gallo nos cantaría”.

Vale la pena lo anterior para reflexionar en la próxima elección, ya que la credencial que otorga el Instituto Nacional Electoral de manera gratuita no es solo para identificarse o acudir a los antros sino para marcar el rumbo de una ciudad, un estado o un país.

Staff de Notiissa.mx

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