Los obreros de la construcción; entre trabajo, salario queda el “lonche”…

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La relación laboral con el ingreso y su efecto en la alimentación.
En nuestra sociedad se ha dado que los empleadores suelen subcontratar a sus trabajadores más que ofrecerles un contrato duradero y esto se observa con mayor recurrencia en la construcción, dado que las obras civiles se realizan con base a contratos o licitaciones que suelen otorgarse por el sector oficial.

Ante lo anterior las compañías constructoras se sirven de trabajadores temporales que no representen gastos de prestaciones principalmente el servicio médico, sobre todo por el asunto de los accidentes y lo que esto representa para la empresa, de tal manera que los obreros y albañiles aceptan estas disposiciones a cambio de un salario compensatorio de esta prestación, y como la oferta laboral no es amplia así trabajan, aunado a lo anterior es destacable que como trabajan por su cuenta, -por así decirlo-, no cuentan con el equipo y ropa de seguridad que la mayoría de las veces se requiere para este tipo de labores.

Ahora bien si a esto le agregamos que como los salarios tiene una tabulación baja pues lo único que se requiere para estas labores es la fuerza y destreza física, no se les pide más que el mínimo de educación, por lo cual quienes se dedican a estas actividades son personas de bajo nivel cultural, el cual está asociado también al nivel socioeconómico de este tipo de personas, que suele ser bajo o muy bajo.

Todo lo anterior tiene sus repercusiones en que al asociar todos los factores antes señalados tengan estos un efecto en la manera en que se alimentan estos trabajadores, y es por ello que se suelen ver puestos de comida rápida en torno a las obras en construcción, los cuales le ofrecen al obrero alimentos ricos en grasas y carbohidratos, que se ingieren como una medida paliativa al desgaste energético que suelen tener este tipo de trabajadores.

Pero los hay que se llevan el clásico “lonche” que desde sus hogares se le pone y el cual a la hora de los alimentos son ingeridos, pero de la misma manera hemos observado que son las llamadas tortas, burritos y taquitos, que similar a lo que ofrecen los puestos ambulantes de comida rápida, contienen altos contenidos de carbohidratos, ya que en su mayoría son de frijol, y huevo, por ser los más económico y manejable.

Como hemos podido ver hasta este momento, todo parece muy normal por lo cotidiano que suele ser esto de ver a los albañiles ante la fogata y con un comal improvisado calentar el “lonche” y consideramos que nada tiene de malo, pero estos hábitos alimenticios a la larga suelen acarrear patologías que se complican dado que los obreros no cuentan con una supervisión médica y mucho menos nutrimental.

Todo lo anterior parece no importarle a los empleadores, quienes simplemente cuando el trabajador ya no da el rendimiento, no le permiten entrar a laborar, además de que como no hay compromisos formales de trabajo de ello se aprovechan los “contratistas”, quienes insensiblemente y sin fijarse en las necesidades de los trabajadores los utilizan prácticamente como simples máquinas de trabajo o como en tiempos no muy lejanos como “bestias de carga”.

No negamos que ha habido avances en la legislación para proteger a los obreros de la construcción y proporcionarles mejores condiciones laborales, pero esto no quiere decir que así se lleve a cabo, es por ello que ahora lamentablemente vemos a gente que padeciendo enfermedades derivadas de la deficiente alimentación y que acuden a solicitar apoyos en los programas sociales del sector oficial, sin lograrlo en la mayoría de los casos, también por la falta de sensibilidad del burócrata.

Ahora entendemos aquella frase que un amigo ya fallecido solía decir: “somos un país del tercer mundo, pero con enfermedades del primer mundo”, pues hace tiempo que venimos observando enfermedades como la diabetes, las enfermedades coronarias o del corazón y el colesterol, en nuestra población y desafortunadamente en las clases más desprotegidas.

No se podrá poner un comedor semipermanente y decente por parte de las constructoras en los sitios de las obras que está realizando y apoyar de esta manera a los obreros, no queremos decir que les regalen la comida, aunque si pueden que bien, pero sí que los alimentos se les vendan a precios razonables, para que la alimentación sea de lo mejor posible y evitar males futuros.

Staff de Notiissa.mx

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