Escasos Avances en el Derecho a la Salud

Cuando un gobierno no garantiza la seguridad de sus gobernados, que es primordial derecho humano: el de la vida y la integridad de la persona, difícilmente podrá satisfacer otras necesidades y derechos como a la salud, a la educación, al esparcimiento y al empleo digno.

Se trata de un círculo virtuoso que si no se da se convierte en vicioso, sin avance ni oportunidades para la población.

Por una parte la generación de empleos se mide por el número de trabajadores inscritos en el Seguro Social, y así ha sido en las últimas décadas; a medida que crece la población y cada día se incorporan más jóvenes a la vida laboral, aumentan los empleados asegurados.

A 72 años de existencia, el crecimiento del IMSS no ha sido proporcional al aumento de la población trabajadora; para dar respuesta a las necesidades de empleados y sus familias se requieren unidades médicas no sólo de primer nivel, sido de segundo (especialidades) y tercer piso (cirugías de vanguardia como trasplantes).

Y qué decir de un gran abasto de medicamentos, laboratorios, imagenología y por supuesto hospitalización; eso sólo hablando de infraestructura, pues también es necesario más personal especializado en todas las áreas, que exige salarios justos; pero esto se incumple por la burocracia y corrupción dentro de los sindicatos que manejan y reparte plazas entre incondicionales, familiares y recomendados.

Ante estas circunstancias se complica cada vez más la prestación de los servicios de salud que requieren quienes –eso sí- pagan puntualmente sus cuotas vía descuentos salariales; por lo que los dispensarios médicos y farmacias establecidas en los últimos años por las colonias de la ciudad han venido a ser un paliativo a esta falta de atención institucional.

La población exige un eficiente esquema de atención a la salud: unidades médicas en las colonias para evitar los largos desplazamientos de los derechohabientes, la consecuente pérdida de tiempo y gastos de traslado que no les garantizan que sean recibidos en los consultorios.

Unidades cercanas a la gente –ubicadas en sus colonias- serían la solución para atender urgencias y medicina general o de primer nivel, con un trato más humano y sensible porque el personal médico tendría menos carga de trabajo.

En pasadas administraciones municipales se vislumbró la posibilidad de contar con por lo menos dos unidades médicas: una al norte y otra al sur de la ciudad, para dar cobertura a esta demanda. El año pasado se inauguró la clínica de Villa Juárez y el mes pasado la del Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de la Educación, ambas al norte de la ciudad.

Sin embargo la promoción entre la población abierta no ha impactado, y son muy pocos los que pueden tener acceso a los servicios que ahí se ofrecen. Otra falla de las autoridades el no dar a conocer sus avance.

Programas de salud del Plan de Intervención y las unidades del Chihuahua Vive son avances y se agradece pero se requiere algo más formal porque esta presencia en colonias y comunidades es esporádica y se necesitan unidades permanentes y fijas para evitar que las personas, sobre todo los enfermos, anden de un lado a otro buscando ser atendidos.

Antes de colapsar los sistemas de salud, las autoridades empiezan a esbozar cambios significativos; el gobierno federal a través del Issste implementa acciones para facilitar la atención a los pacientes más deteriorados como son los adultos mayores con la visita de los médicos a sus estancias, asilos o viviendas, pero los esfuerzos aún son pocos porque se limita a quienes están imposibilitados de moverse o su traslado conllevaría algún riesgo para ellos.

También implementa el uso de ambulancia para el traslado de estos enfermos, pero son muy escasos esfuerzos; se requiere ampliar este servicio de visitas médicas a enfermos terminales, con enfermedades crónicas degenerativas, a discapacitados y enfermos mentales.

El gobierno estatal en el servicio médico a los derechohabientes y sus familias a través de Pensiones Civiles, empieza a ofrecer este servicio de visitas médicas a domicilio, pero también con limitantes; sin embargo el universo de los chihuahuenses que se atienden en el Issste y Pensiones es mucho muy bajo en comparación con el IMSS, que absorbe a la gran mayoría de los trabajadores de la entidad, y sigue saturado de pacientes, carente de infraestructura, recursos humanos y políticas públicas que lo puedan sacar del atolladero.

Los “logros” que se han hecho se limitan al área administrativa con reformas que han tocado las pensiones y los tiempos laborales (años de trabajo) para acceder a las mismas, considerando que la pirámide población se está invirtiendo y en dos y tres décadas la gran mayoría de los mexicanos serán de la tercera edad y requerirán sus mensualidades para sobrevivir.

Cuando se garantice la atención a la salud de manera pronta, profesional y con calidez a la población afiliada a los principales sistemas de salud como son el IMSS, Issste, Pensiones y Seguro Popular, se podrá hablar de avances, no con declaraciones y campañas mediáticas que sólo las autoridades se las creen, porque la población sabe de las carencias, esperas, prepotencia y riesgos, porque son problemas que viven y padecen todos los días.