‘Siempre hay un libro esperando por nosotros’: Rafael Pérez Gay

El escritor cuestiona que los programas de lectura para jóvenes no los acerquen a obras acordes a sus problemáticas.

Lo abras donde lo abras, La otra aventura (Cal y arena) es un libro que ofrece cápsulas de conocimiento en pequeñas dosis. Escrito por Rafael Pérez Gay, en colaboración con Bibiana Camacho, Mauricio García y Alonso Pérez Gay Juárez, equipo con el que realiza el programa de televisión homónimo, el volumen tiene una vocación por la divulgación literaria.

Es así como los autores nos asoman al trasfondo de un libro como Carta al padre de Franz Kafka, “en un plano superficial la obra es una cruda exposición de la primera instancia de la vida y la cultura en el ser humano: la figura paterna”, leemos. En el volumen encontramos pinceladas de temas como los sueños, el amor, la muerte o la enfermedad y aproximaciones a escritoras y escritores como Beckett, Cioran, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Carson McCullers, Patricia Highsmith, Marguerite Yourcenar o Coetzee.

“Antes de hacer el libro nos cuestionamos si los guiones podrían ser retrabajados. Seleccionamos treinta y dos temas entre los que sobresalen la locura, el crimen, el terror, las cartas, los sueños, el amor o la familia. Cada uno es abordado a partir de diez libros”, explica Pérez Gay en entrevista y asegura que el objetivo es invitar a que el lector se acerque a una decena de volúmenes para tener una visión completa sobre un tópico.

Autor de novelas como El cerebro de mi hermano y El corazón es un gitano, asegura que si bien la lectura tiene la capacidad de llevarnos a otros mundos, “nosotros también llevamos nuestro mundo a su ella”.

Lectura y placer

Dirigida a un público amplio y no necesariamente especializado, la obra busca tender un puente entre la literatura y asuntos de interés general. “Fernando Savater dice, con justa razón que los escritores profesionales cometimos un error garrafal al dejar a los mercachifles los libros de autosuperación. A todos, desde el momento en que nos levantamos, nos preocupan temas como la vida, la muerte o el amor, la enfermedad o los hijos”.

En esta lógica, añade, La otra aventura busca ser una guía. “Divulgar es dar a conocer con rigor. Atrás del libro hay una enorme cantidad de tiempo invertido porque además, tratamos de hacerlo digerible. No es un volumen para dejarlo en el entrepaño, todo el tiempo necesita estar fuera y ser consultado constantemente”.

Convencido de que el arte y la lectura en particular deben ser apreciadas a partir del gozo, Pérez Gay nombró a su prólogo “Literatura sin dolor”, frase retomada de Gabriel García Márquez. “El Nobel colombiano decía no debemos leer por obligación ni por penitencia. Cuando un libro nos parece insoportable hay que dejarlo para brincar a otro. Siempre habrá un libro esperando por nosotros”.

Concluye que si los planes de lectura en nuestro país han fallado, se debe a que obligan a los jóvenes a leer obras que poco tienen que ver con su realidad. “Un adolescente necesita que le hablen de su vida, de sus preocupaciones o desesperaciones interiores. Con el paso del tiempo y si es buen lector, llegará a Cervantes. Creo que deberían empezar por José Agustín o Salinger. Ahí me parece que radica nuestro fracaso en la formación de lectores” concluye.

AN / HG