Cae crédito al consumo a mínimos históricos

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El aumento del crédito a empresas en julio fue por el tipo de cambio y no por inversión, mientras que el colapso del empleo formal acentuó la baja del crédito al consumo y ya afecta al crédito a la vivienda, dice BBVA.

El crédito bancario a empresas tuvo un crecimiento nominal en términos anuales de 7.8% en julio, o 4% real, sólo que no fue impulsado por la inversión fija bruta y el índice de confianza respecto del momento adecuado para invertir, motores habituales de este tipo de financiamiento, sino por la necesidad de protegerse de la devaluación del peso.

El desempeño del crédito al consumo es menos alentador y empieza a reflejar con más claridad los efectos de la pérdida de empleos formales, pues tanto la cartera de créditos de nómina como la de créditos personales mostraron en el séptimo mes del año niveles mínimos históricos, dice BBVA en un reporte.

“Esta es la primera ocasión, desde que se tiene registro, que el saldo de los créditos de nómina muestra una tasa de crecimiento anual negativa. Por su parte, el deterioro de los créditos personales en julio se ubicó también en su mínimo histórico”, indica el reporte.

En conjunto, el saldo del crédito vigente que otorga la banca comercial al sector privado, incluido el crédito a vivienda, tuvo un crecimiento nominal de 4.3% (o 1.3% real) en términos anuales, por debajo de la tasa nominal de 6.5% observada en el mes previo y del 8.6% de julio de 2019, con lo que suman tres meses consecutivos de pérdida de dinamismo, observó el banco.

La cartera total en julio fue de 4 billones 848 mil 196 millones de pesos, de lo cual la de empresas y personas físicas con actividad empresarial fue de 2 billones 838 mil 888 millones, la de consumo 981 mil 246 millones de pesos, y la de vivienda 946 mil 073 millones, de acuerdo con datos del Banco de México.

Tal y como ocurrió a lo largo del primer semestre, el crecimiento se apoyó sobre todo en el crédito a empresas que necesitan cubrirse contra la devaluación del peso, en tanto que el crédito al consumo acentuó la falta de dinamismo que presenta desde octubre de 2019, además de que registró por tercer mes consecutivo una contracción en términos nominales.

Lo peor en materia de crédito a la vivienda aún está por venir, estiman los analistas de BBVA, pues la disminución en el ritmo de crecimiento vista hasta ahora no refleja todavía la fuerte contracción en el empleo formal dado que captura con rezago el desempeño de dicho indicador.

Anticipan que la desaceleración continuará e incluso se profundizará a medida que las fuertes caídas observadas en el empleo formal empiecen a mermar la capacidad de pago de los hogares.

Deterioro general en crédito al consumo

Las caídas más marcadas en el crédito al consumo se registraron en los saldos de tarjetas de crédito y créditos personales, al tiempo que el crecimiento de los créditos de nómina entró ya en terreno negativo y el dinamismo del crédito automotriz continuó debilitándose.

El saldo nominal de la cartera de crédito al consumo en julio fue de -5.6% o de -8.9% real en comparación con el mismo mes de 2019, un desempeño peor al de junio, cuando el saldo fue de -3.2% nominal y muy por debajo del 6.2% de julio del año pasado.

Con este resultado, la variación anual nominal del crédito al consumo profundizó su deterioro, con pérdida de dinamismo en todos los segmentos.

El crédito automotriz representa alrededor de 91% de este segmento que redujo de nuevo en julio su dinamismo, con una tasa de crecimiento nominal anual de 2.0%.

Pero es de esperarse que este segmento mantenga su tendencia a la baja en los próximos meses, dicen los economistas de BBVA, pues la venta de vehículos ligeros continúa contrayéndose luego de una caída anual de -29.6% en junio pasado.

El crédito a través de tarjetas registró una variación anual nominal de -7.7% (-10.9% real, una contracción más pronunciada a la registrada en junio y cerca de la registrada en septiembre de 2010, cuando la caída fue de 8.7% nominal.

Este resultado refleja el débil desempeño del consumo privado, cuyo indicador de junio pasado, el último disponible, registró una contracción a tasa anual de -19.6%, un nivel históricamente bajo, luego de que en mayo registrara un mínimo histórico de -23.5%.

“Aunque se han relajado las medidas de confinamiento que habían limitado el consumo de los hogares, la pérdida de empleos y una mayor cautela ante la incertidumbre del futuro desempeño de la economía, continúan acotando la recuperación del consumo de los hogares”, dice el reporte.

El crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero tuvo un mejor comportamiento, con una tasa de crecimiento nominal en julio de 3.4% (-0.2% real), similar al 3.5% observado en junio, pero muy por debajo del crecimiento de 11.6% registrado en julio de 2019.

En el caso de los créditos de nómina, variaron -0.4% en julio en términos nominales y -3.9% en términos reales, mientras que los personales cayeron 14.4% y 17.4% en términos reales.

La reducción en los saldos de estos segmentos refleja la fuerte desaceleración observada en la generación de empleos formales, pues esa contracción no sólo reduce la base de clientes potenciales para este tipo de financiamiento, sino también merma la calidad del resto de la cartera al exponerla a un mayor riesgo de impago.

“En adelante, los efectos negativos de la pérdida de empleos y la resultante reducción de los ingresos, aunados a la cautela en el gasto y la demanda de nuevo financiamiento por parte de los hogares, plantean un entorno adverso para la recuperación de dinamismo en la cartera de crédito al consumo, la cual podría registrar una caída más profunda y sostenida”.

En tanto, el crédito a la vivienda llegó a un punto de estancamiento en julio, al registrar el saldo de la cartera vigente una tasa crecimiento anual nominal de 9.0% (5.2% real), igual al del mes previo y por debajo de la tasa de 10.8% observada el mismo mes de 2019.

Esa tasa de crecimiento se compara favorablemente con el promedio de 10.3% observado en el periodo enero-julio de 2019; sin embargo, el impacto rezagado con que la generación de empleo formal afecta esta cartera, hace previsible que continúe la pérdida de dinamismo hacia delante, dice el reporte.

Los analistas de BBVA indican que, si bien la reducción en las tasas de interés podría incentivar una mayor demanda por este tipo de crédito, la incertidumbre respecto a la recuperación en el flujo de ingresos de las familias podría limitar la recuperación del dinamismo en la cartera hipotecaria.

Crece crédito a empresas, pero el sello es defensivo

Incluso el crecimiento del crédito a empresas fue menor en julio al del mes previo, cuando se registró una tasa nominal de 9.5%, y al 8.5% registrado en julio del año pasado.

El crédito otorgado en moneda extranjera, pero valuado en pesos, fue alrededor de 25% del total y registró un crecimiento anual nominal de 20.2%, pero comparó negativamente contra el crecimiento de 24.9% de junio, mientras que el saldo valuado en dólares creció apenas 2.8%, frente a 3.9% el mes previo.

En tanto que el crédito a empresas en moneda nacional tuvo un aumento más modesto, con una tasa nominal de 4.1% frente al 5% del mes previo.
“El desempeño del crédito denominado en moneda extranjera implica que cerca de la mitad del crecimiento nominal registrado en pesos fue resultado de la depreciación del tipo de cambio registrada entre julio de 2019 y julio de 2020”, se dice en el reporte.

Secuelas del momento más crítico

Luego del incremento en el uso de líneas de crédito para afrontar las necesidades de liquidez al inicio de la contingencia sanitaria, la demanda de crédito de las empresas se ha moderado y podría estar respondiendo a la necesidad de financiar capital de trabajo, ante la disminución de las ventas.

Agregan que, si bien los ingresos pudieron haber tocado su punto más bajo en abril, la recuperación es lenta y siguen registrándose contracciones importantes.

Ponen el ejemplo el desempeño en términos reales de las ventas de las cadenas agremiadas en la ANTAD, que en tiendas totales registró una tasa anual de -9.4% en julio, luego de tocar un mínimo de -21.7% en abril.

El fuerte golpe al consumo producirá una recuperación lenta de las ventas de las empresas, limitando con ello su capacidad de pago para adquirir nuevos créditos.

Por otro lado, el otro motor de impulso del financiamiento empresarial que es la inversión sigue deteriorándose de forma significativa, como ilustra la caída de 24.1% de la inversión fija bruta a tasa anual en junio (última información disponible), y luego de tocar fondo en mayo con una contracción de -39.9%.

También siguen en descenso los indicadores de confianza empresarial acerca del momento adecuado para invertir en los sectores de construcción, manufacturas, comercio y servicios, con caídas anuales en julio entre 29% y 66.6%.

No han mejorado las condiciones para que la demanda por financiamiento pueda ser impulsada por la necesidad de invertir por parte de las empresas y, ante la debilidad en la recuperación de sus fuentes de ingresos, dicha demanda estará limitada por el posible deterioro en su capacidad de pago”, dicen los especialistas de BBVA.

AN / ZR

Staff de Notiissa.mx

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