De adicto a ADICTO

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Por Ernesto Salayandía García.

La bola de nieve.

Yo no puedo decir que conocí el programa de Alcohólicos Anónimos porque iba al grupo a calentar la banca y luego me casó por segunda ocasión y mi problema con la cocaína y el alcohol es muy fuerte,  el nivel de compulsión era muy alto y el alcohol comienza a generar en mí una celotipia infernal,  los demonios de los celos, pensamientos picopata, psíquicos, enfermizos,  me secuestran,y secuestro a mi mujer,  le doy propiamente un infierno,   ella,  cansada de los pleitos, de los panchos, la inmadurez de mis actos,además, de tanta incongruencia,  me pone un límite y me dice.-  Tienes que hacer algo con tu manera de beber,  por qué estás bebiendo todos los días y te pierdes o haces algo algo con tu alcoholismo,, me sentencio,  y me reto.-  nos divorciamos,  y ante esta advertencia,  busqué la manera de internarme en Oceánica,  ubicada en el puerto de Mazatlán,  como buen  adicto,  puse mis condiciones y entre otras cosas me permitieron un cuarto para mí solo,  así como llevar mi máquina portátil,  donde supuestamente yo iba a escribir la historia de mi vida,  llegué a la clínica crudo,  deprimido,  secuestrado por mis emociones y mis celos,  creí, que era  un proceso de desintoxicación,  al principio comencé enterarme de qué era el programa de Alcohólicos Anónimos,  había conferencias,  sesiones,  juntas,  lectura,  películas,  pláticas con los terapeutas y dinámicas espirituales,  en el llamado círculo de la serenidad,  donde chocaban las olas de una manera espectacular,  fue ahí cuando comencé a conocer los 12 pasos del programa de Alcohólicos Anónimos o mas bien a saber de ellos.-

Yo le había prometido a mi esposa que me había internado en la clínica para derrotarme ante el alcohol y en las juntas me costará mucho trabajo decir.-  Hola Soy Ernesto y soy un enfermo alcohólico,  en la clínica no le dije a nadie que era un cocainómano en potencia,  ni que todo lo que había generado en mí la droga,  como los delirios de persecución y mi celotipia infernal,  cuando salí de Oceánica me prendí  aún más,  de la cocaína y aun así seguí yendo a grupo  de AA, pero definitivamente,  la droga me tenía muchas sorpresas preparadas yo no podía parar y entre más me metía más quería, de diez a quince pases al dia.-

Logré engañar a mi mujer respecto a mi adicción a la cocaína,  hasta después de 7 años que me hicieron un antidoping con engaño y el resultado fue sorprendente,  ya para ese  entonces,  mis fondos de depresión y delirios eran frecuentes y drásticos.- Me volví loco.- Toque fondos muy crudos y desagradables, busque ayuda y determine internarme en un centro de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos en la ciudad de Chihuahua.-  Este encierro,  fue otro severo fondo de mi enfermedad,  me la pasé negado por más de dos meses,  protestando toda la serie de incongruencias,  qué hay  detrás del  el proceso de tres meses a puerta cerrada, llegué pesando menos de 50 kilos,  anémico,  desnutrido,  deprimido, con problemas económicos, de imagen y lleno de miedos,  y el primer fondo que toque,  fue el cigarro yo me fumaba casi  3 cajetillas diarias y ahí sólo nos daban,  a veces tres cigarros por adicto,  dormíamos  en el suelo  en colchoneta,  con almohadas súper sucias,  con los pies de alguien en mi cabeza y los pies míos en la cabeza de otro,  con las pompis de otro en mis espaldas y en mis pechos y en mi pecho,  éramos más de 120 adictos amontonados y arrinconados en un anexo, llamado centro de vida.- La comida, el caldo espiriual, era repollo con agua y una tortilla,  de cena frijoles con gorgojo, sin sabor y en las mañanas, avena sin azúcar, a veces una pieza de pan duro y seco.

La primer noche que ingrese después de la maratónica  bienvenida de tres horas, me metieron al cuarto,  que era dormitorio,  donde propiamente era una alfombra de cuerpos y de ahí caminando,  pisando a  muchos de ellos,  de los adictos,  me metieron al baño,  donde había 17 adictos,  en un reducido baño con dos escusados,  tres regaderas,  un lavamanos y una tina para los orines,  estaba sumamente apretado,  quiero decirte,  que de los 18 adictos que estuvimos esa noche ahí, el único sobreviviente soy yo.- Todos murieron, la mayoría, de sobre dosis de heroína.-

Una incongruencia tras de otra.

Viví en vivo y a todo color el síndrome de supresión,  quitarle a mi cuerpo la botella de vodka,  que me bebía a diario,  la gran cantidad de cocaína,  de 10 a 15 pases,  también quítale la morfina sintética que me inyectaba,  3 mg en la mañana 3 miligramos en la tarde y 3 mg en la noche,  más a ese cuerpo,  déjalo sin el Tafil y las pastillas antidepresivas que me suministraba todas las noches y por supuesto las casi 3 cajetillas de cigarros que me fumaba durante el día, de inmediato,  me pegó y muy fuerte el síndrome de supresión,  ellos no sabían de este tema y yo mucho menos,  cada vez que iba a obrar,  sangraba a chorros, arrojaba coágulos de sangre,  estaba  asustado,  aparte,  un dolor de huesos insoportable,  que no me dejaba estar tranquilo ni un instante y en la desesperación,  hacía  una  lucha porque me sacaran e hice el intento de mandar un fax,  así como recados y mensajes a muchas personas  de afuera,  pero ellos se daban cuenta de todo y tiro por viaje,  me daban silla,  la silla es un método de ayuda, castigo,  que le dan a los ingobernables como a mí y la ayuda consistía en qué el padrino, director del centro,  los apoyos, así como,  el primero,  segundo y tercero de anexo, el primero, segundo y tercero de guardia,  el primero,  segundo y tercero de cocina,  el enfermero y otros más,  tomarán la tribuna para insultarte y denigrante,  las típicas frases y palabras eran sátrapa de m*** hijo de tu puta madre,  malnacido,  cara de homosexual reprimido y tantas y tantas groserías ofensivas,  sin que tú te pudieras mover y protestar porque si lo hacías así te iba a ir y cada vez que era la ayuda muy seguido,  me castigaban durmiendo en una silla de aluminio frente a una pared y llegaron a ponerme dos marcapasos,  dos adictos que cuidaban de todos mis movimientos, por supuesto, sin cigarros y otros privilegios.-

Un proceso lento y doloroso

No me parecía adecuado la terapia de adicto  a adicto.  se la pasaban todo el santo día con ayudas y bienvenidas,  las bienvenidas eran para adictos que habían terminado el proceso,  pero por desgracia habían recaído,  el número de recaídos era es impresionante y las tribunas eran más de lo mismo, el mismo historial,  el mismo sonsonete y los mismos enfoques,  de cada una de ellas para mí, era muy incómodo,  estar sentado por más de 8 horas de junta en un tablón,  como también era muy molesto,  dormir en el suelo y con los cuerpos pegados al mío,  bañarme al mismo tiempo.  con 15 internos que apenas si  cabíamos en las tres regaderas que habían. El hacer mis necesidades con público, me irritaba sobre manera, el caldo espiritual, la comida, era todos los días,  supuestamente este plan de desnutrición,  era para valorar,  cuando la realidad de las cosas,  mi cuerpo llegó anémico,  desnutrido y mi nivel de ansiedad era altísimo.  nada que ver con la pésima alimentación que ahí nos daban y hoy en dia, esta historia tiene vigencia en infinidad de anexos.

 El síndrome de supresión .- El encierro y el mar de incongruencias que ahí viví,  aumentaron,  mi negación  creció,  mantuve en resistencia y no quería,  ni derrotarme,  ni aceptarme como buen enfermo,  alcohólico y drogadicto y después de muchas sillas de castigo,  después de muchos hechos en contra mi persona,  el padrino,  un día subió la tribuna,  con un ejemplar en sus manos,  del  recién terminado de mi libro,  Radio Causa y Cause y empezó su tribuna con insultos,  a denigrarme,  a humillarme y a insultarme invitándome a que me derrotará ya que me rindiera ante mi enfermedad me gritaba derrótate.- Me gritaba, derrótate,   hijo de tu puta madre.-  Ríndete ya hijo de la chingada.-  Pinche soberbio de m*** y así fue durante 2 horas de su intervención en contra de mi persona,  yo no entendía,  ni comprendía ante  me tenía que rendir,  y  ante que me tenía que aceptar,  por supuesto,  que ahora sé,  pero no estoy de acuerdo en esa metodología,  que incluso hoy en día,  se repite en infinidad de anexos y tanto escuché a los compañeros adictos qué decían se manifestó el Jefe,  el Jefe me lo mandó,  porque así lo quiere el Jefe porque es cuestión del Jefe y un día sentí esa fe en mi interior y entré a un cuartito reducido que era el guardarropas y de rodillas le baje al Jefe y le pedí con el corazón en la mano diciéndole señor si tú quieres que salga voy a salir Señor,  si tú quieres que me quede le voy a entrar hágase Tu Voluntad y no la mía me llene de emoción y sentí una sensación muy grata,  cómo  jamás pude  haber sentido,  con ningún tipo de droga en mi interior, me puse de pie y al salir se manifestó la tribuna y comencé a llorar y hablar y hablar de mis dolores de mis resentimientos,  de mis miedos y de mis angustias,  desagüe el cúmulo de emociones torcidas y me sentí muy liberado,  por la noche,  le pedí a Dios que me iluminará y me guiará para saber el por qué me había convertido en adicto y comencé a escribir y escribir y de esta manera fue como empecé a conocer el programa de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos.- hice y sigo haciendo el Primer Paso.-

Mientras,  el padrino me insultaba y me humillaba con sus palabras iba rompiendo texto, de mi libro de Radio Causa y Cause.  tirándolo en mi cabeza, arrojando, hoja por hoja, agachado, me mantuve  mirando hacia el suelo,  durante esas dos horas que se me hicieron una eternidad,  hay quien me dice que él porque,  pude mantenerme limpio gracias a este proceso del anexo,  y  porque en Oceánica fracase y recaí,  quiero, aclarar,   que sin duda se debió a mi despertar espiritual,  pero no estoy de acuerdo en esta terapia de choque de adicto  a adicto,  no estoy de acuerdo que un enfermo pueda recuperarse con agresiones e insultos,  mucho menos con humillaciones y ridiculizaciones,  esta enfermedad es muy compleja y su tratamiento requiere de inteligencia,  conocimientos, profesionalismo,  tacto y habilidad psicológica,  para motivar un verdadero cambio en el adicto,  no es a través del miedo,  cómo podemos hacer qué las personas cambien.

Grupo San Agustín AA

Después de unos años,  regresaba  a San Agustín,  el grupo se encuentra en el sótano de la iglesia en Polanco de la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México y el primer día,  la bienvenida me la dio mi compañero Erick y me dio las llaves de la cafetería y de la entrada al grupo,  me dijo que yo me iba a encargar del servicio del café y que  debería de estar a las 6 de la mañana todos los días,  lavando baños,  limpiando el salón,  lavando tazas y ceniceros,  qué  era mi servicio,  el cual sin protestar acepte,  comencé a  asistir a las 6 de la mañana y fui el cafetero en jefe de todos los grupos y de los horarios de los Alcohólicos Anónimos en San Agustín durante 4 largos años,  la distinción me permitió permanecer en grupo y trabajar mi recuperación,  me gustaban las juntas de estudio y los compartimientos de los compañeros,  comencé a comprender cada uno de los 12 pasos y las 12 tradiciones,  me metí de lleno a la literatura de Alcohólicos Anónimos la leí casi toda y fui a la Central Mexicana a pedir la oportunidad de colaborar en la revista Plenitud y después me hicieron el favor de publicarme varios artículos firmados con seudónimo de Teo Luna,  así también toque las puertas de la revista Gratitud órgano oficial de los Alcohólicos Anónimos de Venezuela y felizmente también me publicaron lo mismo dice en Cuba y en Nueva York y tengo esa satisfacción de haber colaborado en un buen número de revistas de los Alcohólicos Anónimos de varias partes

Me hice adicto a AA

Desde que salí del anexo,  toqué las puertas de El Heraldo de Chihuahua y generosamente me otorgaron un espacio que duro casi 21 años,  a la fecha tengo más de mil  artículos diferentes que se han publicado no solamente en Chihuahua sino en ciudades importantes de Canadá, de Estados Unidos,  en periódicos hispanos,  me pública también periódicos de América Latina y prácticamente cubro toda la República Mexicana,  en este mes de mayo del 2020 terminé mi libro De  Adicto ADICTO,   ahorita estoy terminando otro que se titula:  Lo mejor de la vida es vivirla con  la libertad, mis libros tienen el espíritu de contribuir a una cultura de prevención de sustancias y de conductas tóxicas, así como el  de ayudar a la recuperación de los enfermos emocionales,  atrapados en cualquier tipo de adicción, por ello quiero decirte que el plan de los Alcohólicos Anónimos es un plan de Dios,  que si lo aplicas y le das constancia habrá de salvar tu vida en todos los sentidos y podrás disfrutar cómo lo disfruto yo de las mieles de doble A, asiste a tu junta diaria a un grupo de AA.- Cualquiera que quiera, ahí no se queda.- ernestosalayandia@gmail.com 624 256 96 20

Staff de Notiissa.mx

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