Dicen los que saben que Duarte fue el primer sorprendido de que Garfio se empecinara en regresar a la Alcaldía

Tras la sorpresa general en toda la ciudad y en todos los círculos políticos del estado por el inesperado retorno de Javier Garfio a la presidencia municipal, las fuentes de diversos noticieros revelan que el alcalde reclamó su puesto al gobernador Cesar Duarte, quien pese a resistirse finalmente dobló las manos porque Garfio estaba decidido a pasar “sobre quien fuera”.

Dicen los enterados que previamente Garfio y el candidato Enrique Serrano tuvieron un fuerte desencuentro en el interior de la campaña priista, al calor de una antipatía que siempre privó en la relación de ambos.

Garfio y Serrano nunca fueron amigos ni simpatizaban el uno con el otro, y lo único que los une o los unía es el ser ambos incondicionales del gobernador Cesar Duarte.

En ese contexto, Garfio se sintió utilizado por su jefe político, quien le hizo creer que él era su verdadero favorito para la candidatura al gobierno del estado

Lo cierto es que Garfio no se pudo integrar el equipo de Serrano, por la sencilla razón de que entre ambos nunca ha existido química personal

Quien se quedó chiflando en la loma fue el superempresario metido a las patas de los caballos, Eugenio Baeza, a quien ahora nadie le quiere preguntar si vuelve a participar en política.

Aunque ya era un secreto a voces que Garfio saldría de la campaña de Serrano,  las fuentes afirman que el gobernador Duarte fue el primer sorprendido cuando Garfio le informó que efectivamente saldría de la campaña, pero para volver a la presidencia municipal.

Por lo pronto, ya está en marcha el proceso de nombrar prácticamente a un nuevo gabinete, luego de que Eugenio Baeza había despedido a los garfistas, tachándolos con el sello de ineficientes e indeseables.

Fuente: Alfredo Martínez