Cadena neurótica urbana. Por Ernesto Salayandía García

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Un importante empresario gritó al director de su empresa, porque no le había hecho llegar a tiempo la información que requería con urgencia. El director llegó a su casa y al ver sobre la mesa un abundante almuerzo gritó a su esposa, a quien acusó de estar mal gastando innecesariamente su dinero. Su esposa mortificada por la ingratitud de su esposo, que no era capaz de reconocer el esfuerzo por tenerle un buen almuerzo, gritó a su vez a la empleada de servicio doméstico porque en ese momento rompió un plato. La empleada, a su turno, se desahogó con el perro al que le dio un puntapié por cruzarse en su camino. El perro con su rabia contenida salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por el frente de la casa, porque estaba obstaculizando su salida por la puerta. Esta señora fue al hospital para ponerse la vacuna y que le curaran la herida. Cuando un joven médico le aplicó la inyección, la mujer le gritó, tachándolo de incompetente porque se la aplicó con dolor. El joven médico al llegar a su casa y encontrar en la mesa una comida que no era de su agrado, gritó a su madre quejándose de no encontrar un alimento de su gusto en la cena.  Su madre tolerante y un manantial de amor, acarició los cabellos de su hijo diciéndole: «Hijo querido, prometo que mañana haré tu comida favorita. Te perdono por que debes haber tenido un día difícil. Tú trabajas mucho, estás cansado y precisas una buena noche de sueño. Voy a ser más cuidadosa y te llevaré un té a la cama para que puedas descansar en tranquilo. Mañana te sentirás mejor». Bendijo a su hijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos… En ese mágico momento, el hijo recapacitó por haber sido injusto con su madre y se interrumpió así el círculo de la neurosis, porque se encontró con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.

Las emociones se contagian, buenas y malas

La depresión es una profunda emoción arraigada hasta los huesos, cuyos ingredientes son, miedos, frustración, ira reprimida, angustia, compulsión, ego, tristeza y nostalgia entre otras, la persona víctima de sus propias cadenas, sufre en silencio y se conmisera refugiándose en su isla, en su recamara donde se pasa horas enteras analizando la inmortalidad del cangrejo, este cumulo de energía y de emociones negativas contamina  su  entorno así como a los que están cerca de ella, lo mismo sucede con la euforia, con el excelente sentido del humor, quien irradia buenas vibras, logra contagiarte y de esta manera, todos están felices y en paz. – Dime con quien te juntas y te diré quieren eres.- Así el pesimismo, el chisme, la crítica, el rumor y los expertos en todo y en nada, tienen un poder impresionante ante las demás personas, saben cómo meterse en lo que no les importa y son influyentes, dominan el pensar de quienes los escuchan.- Si alguien en casa, dice por ejemplo.- La vecina es una coscolina, parece que anda de novia con un lotero, todos los días se estaciona un auto diferente frente a su casa.- Mueve emociones y genera pensamientos al grado tal, que muchos puedan dar por hecho una simple especulación.-  Si en una plática dentro de un salón de clases, comienzo a bostezar y bostezar, al poco rato, todos los alumnos estarán bostezando, si los agredo, muchos de ellos se tornaran inquietos e ingobernables, si los trato amigablemente, me regalaran su respeto, todas las emociones generan consecuencias, malas o buenas.

Psicosis colectiva

Los choferes de los autobuses del transporte público, algunos de ellos, salen de sus casas peleados con sus mujeres, crudos o a medios tonos, van buscando no al que se la hizo, sino a ver con quien se la desquitan, manejan como si fueran a recibir herencia, echándole el urbano a medio mundo, no respetando los límites de velocidad, ni semáforos, ni los pases peatonales, el pasaje, estresado debido a los altos y bajos jalones arriba del camión, a los agresivos claxon que le echan al chofer, tarde que temprano, todo el mundo se pone mal y de malas, llegan a sus trabajos tarde y de un pésimo humor que nos les calienta ni el sol, comienzan a tirar mala vibra contra todo aquel que se deje, atienden mal a los usuarios, pelean con sus compañeros de trabajo, hacen mal sus responsabilidades e igual que el chofer, buscan la oportunidad de descargar su ira y sus frustraciones en contra de alguien y así nacen las cadenas neuróticas, las cadenas de odio que pasan de una persona a otra, la agresión colectiva se palpa en cualquier avenida del país que sea, somos, frágiles emocionalmente hablando.

Desgaste emocional

Estudiantes, maestros, secretarias, empleados y un buen de personas, invierten en promedio dos horas de tiempo para el traslado de su casa al centro de trabajo, las llamadas rutas alimentadoras, son todo menos alimentadoras, la espera desespera y no estamos preparados para soportar la tardanza, nos desesperamos con la más mínima provocación y explotamos, muchos de nosotros somos mecha corta y soberbios, nadie nos enseñó, al menos en mi caso a controlar la impaciencia, a bajar la ansiedad, a controlar los nervios y la ira reprimida, no aprendí a manejar mis fobias y perdí piso cuando explotaba y me convertí en el huracán rugiente y sé que si grito e insulto, mi esposa hará lo mismo, agregado y aumentado, mis hijos me hablaran como yo les hablo, y mi casa será un caos. Comprendo que la gente puede andar mal, pesimamente mal y por ello nacen y se hacen las cadenas de neurosis que circulan de uno a otro, luego, no sé reconocer mis fallas emocionales, mis ofensas, y soy orgulloso, me cuesta trabajo ofrecer disculpas, pedir perdón, soy tan soberbio que me hago pasar como víctima, cuando la verdad de las cosas, yo soy el victimario.

Parejas disparejas

En las pláticas que tengo con matrimonios y noviazgos en conflicto, aprendo mucho, no agarro partido, solo escucho las versiones de cada quien y a veces me causa risa en reflexionar sobre lo que se dicen, vaya, no hacen más que hablar de mí, de mi pésima relación con mi mujer.- Por tu culpa, por tu culpa, por tu culpa.- Yo no veía lo que yo hacía, me la pasaba diciendo, es que me hizo, es que me dijo, es que ella empezó, es que me grita.- Pero yo nunca decía.- Le hice, le dije, la humillé, la devalué, la comparé, la maltraté.- No solo hablaba de lo que a mi supuestamente me hacía. Muchas personas, llegan con un humor de los mil demonios y sacan los pretextos.- Es que el urbano no pasó a tiempo.- Veníamos como sardinas.- El chofer es todo un cafre, me caí dos veces en el pasillo.- Me manosearon.- Ya estoy harta.- Sí, la irritación es una justificación para desquitársela con los demás, cuando alguien llama al teléfono, cuando alguien está detrás del mostrador, cuando alguien se pone de pechito.

Las emociones a flor de piel

Hoy trato de no engancharme, ofrezco demasiada tolerancia con el conductor que va delante de mí a vuelta de rueda, me detengo con aquel que se me cierra sin marcar su direccional o pedir el pase de cortesía, trato de respetar al peatón aunque cruce en cámara lenta, no me engancho con los influyentes que se estacionan en doble fila y entorpecen el tráfico, me sereno y no exploto como antes cuando vivía en la ciudad de México, yo cargaba un bat en mi auto y ante la más mínima provocación me bajaba todo fúrico, neurótico, agresivo, rompía los faros o los vidrios de las puertas, seguido me agarraba a trancazos.- La tolerancia, les decía a mis hijos.- Se queda en El Toreo de 4 caminos.- Me valía gorro los llantos de angustia de mi mujer, me importaba un comino que ella estuviera embarazada o hecha una bola de nervios por mi manera tan agresiva y provocativa de manejar.- Yo sembraba vientos y cosechaba tempestades.- Por fortuna en aquella época no había tantas armas en la calle, corrí con mucha suerte y no me tocó aquello que se cita.- Siempre hay un roto para un descosido.- Es decir, el que busca basura, basura encuentra.

La fiesta en paz

Para mí, no solo ha sido tapar la botella, en estos primeros 17 años he trabajado mucho mis defectos de carácter, con hechos y dando servicio en mi casa, comencé a experimentar grandes cambios en mi vida, colgué el traje del huracán rugiente, a veces como que quiero ponérmelo de nuevo y ser ese tipo nefasto, el macho típico mexicano, el arbitrario al manejar, el déspota, yo sé que ahí está el cavernícola dormido y que quiere hacerla de borlote. No ha sido fácil controlar mi ira, a veces exploto, pero nada que ver con el de antes, con aquel que pateaba puertas, rompía vasos, platos, ceniceros, nada que ver con el tipo enfermo, el mecha corta, he podido cambiar en mi casa, con mi mujer y mis hijos, he aprendido a convivir, a escuchar, a respetar a participar en familia, hoy disfruto mucho del nuevo Ernesto, gozo de la vida, me gustan mucho mis días, mi trabajo, lo que hago cada día, sirviendo, transmitiendo el mensaje y aprendiendo de los demás, me hace muy feliz ir a las escuelas, a los reclusorios, a los centros de rehabilitación, me gusta mi sobriedad.- Hechos son amores.- Hoy en día mi neurosis está de vacaciones y me comporto en la calle decentemente, aunque hay cada tipo que bien merece que se la refresques o que le toques el claxon agresivamente.

Hostigamiento colectivo, llamado Bullying

Hay infinidad de maneras de agredir, el que se echa un gas en el camión, agrede y ofende a los demás pasajeros, quien no responde a las llamadas, ni concede una cita cuando se la solicitas un millón de veces, su indiferencia, su apatía es un instrumento de discriminación, de humillación, quien es déspota y cuando lo saludas te ofrece una cara de pocos amigos, quien es inexpresivo y muestra su carota, nos hacemos daños uno a otros y hoy sé, que una persona chismosa, que levanta falsos, que le da vuelo a comentarios insanos e inciertos en contra de una persona, es debido a que tiene un enorme vacío espiritual, el que se mete en la vida de los demás, en lo que no le importa, que quiere corregir y dar consejos sin que se lo soliciten, es también un ser vacío, de esta manera, este tipo de personas, tienen en sus casas un verdadero infierno, son inmaduros, soberbios y menos agradecidos con la vida, hay que comprender entonces por qué un chofer o un conductor va manejando de esa manera tan agresiva y provocativa, es simplemente porque son niños dañados, niños que a base de gritos y golpes emocionales fueron educados, por favor léase entre comillas, simplemente, una esposa neurótica, es una niña dañada, maltratada y tal vez con severos daños sexuales en su infancia, es decir, lo que traemos adentro, es lo que externamos, así que es mejor, una sonrisa por dentro y otra por fuera.- Gracias a todas las personas que me hacen el favor de escribir y de hablarme, siempre estoy en la mejor disposición de escuchar y de ayudar con mi propia experiencia.- Comparto contigo la producción de mis capsulas, que también, me hace muy feliz.- Gracias.- ernestosalayandia@gmail.com @teo_luna, búscame en Facebook.- Busca este artículo completo y otros de gran interés en mi página crisiscreces.com              614-256-8520.

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Staff de Notiissa.mx

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