Reparación total para vivir con pasión. Rogelio López Nava

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El descanso es visto como un lujo más que como una necesidad del organismo para restaurarse y poder responder a las exigencias que la vida diaria impone, es por eso que solemos interpretarlo como una pérdida de tiempo y aún cuando nos dispongamos a disfrutar de unos momentos de tranquilidad, se vuelve inevitable hacer alguna actividad paralelamente.

¿O no es cierto que mientras vemos un programa de televisión que nos agrade, sobre las piernas descansa una laptop y contestamos correos electrónicos? Y qué decir de cuando solicitamos vacaciones y no podemos evitar llamar a la oficina para asegurarnos de que todo marcha de maravilla. Este tipo de actitudes aunque tienen un matiz de responsabilidad y compromiso en cada una de las actividades, también descubre una seria dificultad para llevar a cabo un descanso pleno y restaurador.

Relajarse físicamente y dormir son indispensables para recuperar la energía y se cumplan diversos procesos fisiológicos como la reparación de células, la liberación de hormonas, ayuda a mejorar la memoria, entre otros beneficios, sin embargo, la mente no es ajena a la necesidad de reposo y deshacerse por un momento de esa necesidad que nos agobia de cumplir con varias actividades a la vez.
El doctor Matthew Edlund, autor del libro Descanso activo, Editorial Urano, explica que un error actual es llevar el placer por realizar varias cosas al mismo tiempo al límite, al grado de ponernos en riesgo, y con ello se olvida que el cerebro necesita concentrarse, pues en eso consiste el descanso mental: “La mayoría de los logros humanos requieren de una concentración profunda y sostenida. La concentración nos permite alcanzar cosas increíbles”.

Equilibrio a tu alcance
Quizá tengamos la vaga idea de que alejar la mente de los problemas y ponerla a reposar depende de que logremos ponerla en blanco, tal y como lo hacen los monjes tibetanos, pero no hay que llegar a tal nivel de profundidad en la concentración, sino que podemos empezar con algunas técnicas que sugiere el autor y que están al alcance de la mano:

• Caminar al ritmo de la música: No se requiere de un aparato reproductor, es suficiente esa lista de temas que llevamos guardada en la memoria. Hay que elegir una de ritmo rápido y otra lenta, debemos escucharlas por lo menos durante 20 segundos.

• A continuación podemos buscar un lugar por el que se disfrute de caminar, tenemos que concentrarnos en la melodía rápida que seleccionamos y andar a su ritmo mientras centramos la mente en cada uno de los instrumentos o en la letra de la canción.

• Después de 20 segundos hacer un alto para el cambio de ritmo y poner la opción lenta, ya sea en la mente o en el aparato reproductor, mientras disminuimos el paso. Es posible que la melodía no se adapte al ritmo natural de andar, pero de cualquier manera hay que seguir adelante. Al realizar esta rutina podremos observar que la mente empieza a liberarse y se centrará en una concentración eficiente, primero sobre la música y posteriormente tendremos la oportunidad de enfocarla al área que uno más prefiera.
Ver el descanso físico y mental como una necesidad de reparar el organismo y el cerebro, fortalece el compromiso que cada uno tiene en sus diversas actividades, y es también una forma de asumir la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos de procurarnos bienestar, y las condiciones propicias para alcanzar el éxito que tanto esperamos.

Para saber más: Descanso activo, Matthew Edlund, Editorial Urano.
Colaboración de Fundación Teletón México.
“Como te tratas, te ven”.
Bojorge@teleton.org.mx

Staff de Notiissa.mx

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