Amor y venganza no se mezclan

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Fabián Rodríguez

 

Alberto y Leticia se conocieron en el trabajo, y formalizaron un noviazgo. A los dos años de relación él dejó la empresa al encontrar una mejor propuesta de empleo. Ya no verse como normalmente hacían fue el factor de muchas discusiones, los reproches de ella sobre el poco tiempo de convivencia y la decisión de poder crecer más laboralmente lo motivaron a romper la relación, sin saber que el resentimiento en Leticia fue un detonante que marcaría su existencia.

El hecho de terminar con alguien importante en tu vida, puede despertar en ti deseos de venganza, sin embargo antes de pensar en mil formas para lastimarlo, analiza por qué no pudieron seguir juntos.

Para Marco Antonio Medina, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), razonar las causas del fin de una relación, te permite formar una actitud crítica sobre tu situación y empezar a cerrar el ciclo: “El deseo de lastimar radica en no aceptar que algo no funcionó, al reconocer los fallos que hubo y lo que deja en ti esa experiencia pondrás un alto al odio que genera venganza, nacido de un mal manejo de tu autoestima”.

Plato que se come frío

Alberto jamás imaginó que en su vida se presentarían situaciones no previstas después de terminar con Leticia, como desde recibir llamadas de ella en la madrugada y desmentir rumores sobre su sexualidad, hasta tener que pintar su coche después de encontrarlo rayado con tinta indeleble.

Difamar, dañar cosas, o utilizar pertenencias para chantajear, son acciones comunes de venganza. Relacionarse con alguien cercano a él, incluso agredir a gente de su entorno, son también herramientas realizadas para hacer daño.

Cuando tu autoestima decae por una cuestión así, es importante que la recuperes y encauses de una mejor forma, una sugerencia para darle la vuelta al asunto, sin caer en riesgos que puedan perjudicar tu integridad y sufrir consecuencias severas es: “Empezar a vivir de nuevo, con actividades que te llenen individualmente.

Recuerda qué gustos y proyectos individuales tenías antes de tu relación, esto te impondrá nuevas metas personales, de tal forma desviarás cualquier sentimiento negativo, y lograrás que las heridas cierren poco a poco”, asevera el especialista.

Pese a que él habló con ella muchas veces para intentar mejorar la situación y que no existiera entre ambos discordia o represalias, las cosas entre Leticia y Alberto no mejoraron, él tuvo que recurrir a instancias legales para evitar el acoso del que era víctima. Leticia, ya con estragos físicos, emocionales y en su entorno, tocó fondo cuando descubrió el problema judicial en el que se había metido, por lo que decidió dejarlo en paz y buscar ayuda. Finalmente se dio cuenta que en sus acciones el mayor daño, no fue para él, sino para ella misma.

Depresión profunda, problemas con tus seres queridos, descuidos profesionales, remordimiento por dañar a alguien que se amó, enfermedades crónicas, incluso conflictos legales, pueden ser, según Marco Antonio Medina, algunas de las repercusiones de un acto vengativo.

Plantearte objetivos nuevos o retomar aquellos que tenías antes, crecer profesionalmente, salir de viaje a algún sitio en particular, estudiar alguna carrera nueva, aprender un oficio o alguna actividad, son acciones que puedes hacer. Recuerda que trazar un camino nuevo donde busques estar bien contigo, será un síntoma de que la felicidad regresará pronto.

 

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Colaboración de Fundación Teletón México.

“Como te tratas, te ven”.

bojorge@teleton.org.mx

Staff de Notiissa.mx

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