‘Cuando cambia el lenguaje, cambia la filosofía de la gente’: Luisa Valenzuela

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La ganadora del Premio Internacional Carlos Fuentes advierte que el feminismo llegó para tomar el poder.

Por Héctor González.

Para Luisa Valenzuela (Buenos Aires, 1931), 2019 será recordado como su año Carlos Fuentes. Hace unos días, recibió la medalla que lleva por nombre al autor de Aura y apenas el lunes 9 de diciembre, recibió de parte del gobierno mexicano, el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria.

Ambos reconocimientos, obligan a la escritora argentina a hacer un alto en el camino para revisar la dimensión de su obra. “Tengo la sensación de haber publicado demasiados libros”, apunta la autora de títulos revulsivos como El gato eficaz o Aquí pasan cosas raras.

A sus 81 años, la Valenzuela prefiere ser cauta sobre su futuro. “No se si publicaré más novela”, advierte. Sin embargo, de inmediato revira y reconoce que la palabra jubilación le da escalofríos.

Reconocimientos como el Premio Internacional Carlos Fuentes la obligan a hacer un balance de su obra, ¿no?

Así es, lo interesante de estos premios es que son a toda la obra y dedicación. Sirven para reafirmar lo que uno a hecho a lo largo de los años, pero a la vez son inquietantes porque nos dicen que no hay que dormirnos en nuestros laureles.  No puedes bajar el nivel de exigencia, de lo contrario escribes a tontas y a locas. En lo personal soy muy dura conmigo misma, pero no sé que pasará a partir de ahora. Tengo lo sensación de haber escrito demasiados libros.

¿Piensa en la jubilación así como Philip Roth?

La palabra jubilación me da escalofríos, pero sí pienso en el descanso. No sé, cuando he dicho que no escribiré más novela, siempre salta una sobre el escritorio. Creo que treinta libros son suficientes para una biblioteca. Sin embargo, apenas publiqué un nuevo volumen de cuentos, El chiste de Dios, así que mejor no me adelanto. No sé que pasará.

¿Después de escribir tantos cuentos ha desarrollado alguna teoría del género?

Teoría no, pero es un género que me gusta mucho. Soy cuentista de alma, lo que sucede es que la novela te permite entrar en un universo y explorarlo. El cuento decía Cortázar, gana por knockout y la novela por puntos.

¿Y el microrrelato?

El microrrelato me parece sensacional. Hay una definición de Gonzalo Celorio que me encanta: La novela, es un matrimonio, da igual si es corto o largo; el cuento, es un amantazgo; y el microrrelato es el encuentro de una noche.

¿Un microrrelato se escribe de un tirón?

Sí, después se pule, pero si no lo escribes de un tirón no es microrrelato.

Hace unos días habló del feminismo actual como la quinta ola feminista, ¿cuál es la diferencia de estas manifestaciones respecto a las anteriores?

Este es más masivo y tiene una conciencia tremenda acerca de los peligros que corren las mujeres. Hay una ola de feminicidios brutal en varios países. En Argentina muere una mujer cada treinta y dos horas, en México la situación es parecida. En mi país tenemos el tema del aborto legal y gratuito, son muchas quienes pierden la vida porque se lo practican desde la ilegalidad. Otra diferencia es la presencia de los varones. Muchos jóvenes están saliendo a las calles para apoyar “Ni una menos”.

Usted lo ha definido como un tsunami…

Así es, es un tsunami mundial. Mira lo que ha sucedido con el performance El violador eres tú, creado por las chilenas. En una semana se replicó en muchas ciudades del mundo. Hoy hay una toma de conciencia muy profunda. Antes éramos las intelectuales y especialistas con una visión profunda y visceral del asunto, pero ahora se viene un movimiento expansivo. Prepárense chicos que esto no lo para nadie.

¿Llegó para quedarse?

Sí, llegó no solamente para quedarse sino para tomar el poder.

¿Las cuotas de género son necesarias?

Por el momento sí, son medio incómodas porque a veces entra gente que no es tan valiosa, pero hace falta una conciencia de que antes todo lo dominaba el hombre.

Ahora hay una inercia de editoriales buscando escritoras, ¿se corre el riesgo de que esto se convierta en una moda?

Ya se convirtió en una moda en un momento dado y predominó el facilismo. Una cosa era el feminismo de cajón y sin profundidad, pero otra cosa es la reflexión seria. Siempre ha habido grandes escritoras y dentro de esa moda les lectores tendrán que elegir.

Se suma al lenguaje inclusivo.

Estoy a favor. El “les”, me parece horrible pero seguramente es porque todavía no estoy acostumbrada. Lo extraordinario es la diversidad sexual que hay ahora y el lenguaje incluye esa diversidad. En lo personal busco sinónimos neutros. Últimamente he optado por usar los plurales en femenino porque soy una mujer. Cuando cambia el lenguaje, cambia la filosofía de la gente.

¿A usted le tocó padecer machismo?

Sí, lo que pasa uno no se da cuenta. Me decían que escribía como hombre, casi a manera de halago. En Argentina siempre ha habido cierta resistencia a mi obra, creo que incomoda. Sucede todavía más con escritoras más politizadas como Elsa Osorio, autora con gran éxito en Europa, pero a quien costó trabajo ser apreciada en Argentina. En mi país hay un machismo solapado. A mí en realidad me da lo mismo, en México me publican y leen bien. Siempre luché contra la idea de ser catalogada como escritora feminista, porque eso es una limitante. La escritura necesita libertad, pero no hay duda de que hay algo feminista subyacente.

La escucho y no creo que se vaya a jubilar…

Sí, tal vez. Tengo algunos proyectos pero no de novela, quizá deje de escribir narrativa. Tengo dos proyectos en ciernes. Uno es El libro de la sal, un elemento mágico, purificador y el terrorífico; otro, es El libro del dinero, porque me parece el mal de hoy.

Aristegui Noticias

Staff de Notiissa.mx

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