«En América Latina hemos construido varios países, pero nos queda pendiente una nación»: Mujica

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«No quiero hablar de López Obrador», señaló el expresidente uruguayo durante su estancia en México. No obstante, sí aludió su encuentro con el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, y la derrota de la izquierda uruguaya.

El expresidente de Uruguay, José Mujica, consideró que América Latina debe unirse como bloque para sobrevivir en un mundo donde las grandes potencias se están conformando en bloques de Estados multinacionales.

De visita por México y tras asistir como invitado al acto del primer año de mandato del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, el ahora senador uruguayo también se negó a emitir una opinión sobre la situación política en el país norteamericano, aunque sí relató su encuentro con el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, y la derrota electoral de la izquierda en Uruguay.

La utopía latinoamericana

Durante un encuentro con medios, previo a recibir un doctorado ‘honoris causa’ en la Universidad Iberoamericana, Mujica señaló que el desafío actual de la región es constituirse como una sola nación.

«Soy un soñador. América Latina es una nación todavía no construida como tal. Concuerdo con aquel historiador que afirma que hemos construido varios países. Nos queda pendiente una nación», dijo.

Esto, con el fin de enfrentar las presiones crecientes en un mundo cada vez más aglutinado en grandes bloques geopolíticos.

«Sería torpe no darse cuenta que el mundo se está organizando alrededor de estas unidades de colosales Estados multinacionales. Porque China es una nación multinacional milenaria. Porque también lo es la India. Porque Europa con todas sus contradicciones hace rato que lucha por juntarse», dijo Mujica, quien también citó el caso de EE.UU. en este contexto.

«Y la gran pregunta seca: ¿qué vamos a hacer en ese mundo los latinoamericanos atomizados en un conjunto de repúblicas? Ahí es donde está el gran dilema, pero la solución está en la cabeza de ustedes, no en las viejas instituciones que fundamos, como la Organización de Estados Americanos (OEA)», apuntó.

«No quiero hablar de López Obrador»

Ante la insistencia de la prensa mexicana, Mujica dijo que apenas el pasado 1 de diciembre conoció personalmente a López Obrador, quien, dijo, le pareció «amable y simpático», por sus afinidades ideológicas, aunque también dejó entrever algunas diferencias.

«No no quiero hablar de López Obrador, porque no me conviene hablar. Porque tengo que respetar la casa en que estoy. Tengo que desearle suerte y comprensión al pueblo mexicano, que vaya que tiene problemas, para que yo venga a tirarle más problemas sin ayudarlo a solucionar ninguno», dijo.

En este sentido, Mujica reiteró que la «tragedia del pueblo mexicano» es la cercanía con EE.UU., por lo cual, pidió comprender la difícil situación que enfrenta el presidente López Obrador.

Durante un encuentro posterior con estudiantes, señaló que en México no hubo un giro de la población hacia la izquierda, sino que la gente en 2018 votó en contra de la derecha por un gran hartazgo. Por ello, hizo un llamado a estar alerta a esta situación para que no se repitan acontecimientos como lo ocurrido en Bolivia o Ecuador, país donde se ha dado un giro a la derecha por distintas circunstancias.

Un abrazo a Evo

Mujica también explicó que aprovechó el viaje para visitar al expresidente boliviano Evo Morales, quien se encuentra como asilado político en México tras el golpe de Estado ocurrido en Bolivia.

«Desde hace muchos años soy amigo de Evo. Fui a darle un abrazo. Los que hemos sido presidentes no dejamos de ser humanos y tenemos sentimientos, como cualquier hijo de vecino. Fui a ver a un latinoamericano que está dolorido en un rincón de México. Y tengo que agradecerle a México ser patria de asilo y este es uno de mis mayores reconocimientos», apuntó.

Sobre este punto, consideró que el llamado a elecciones podría representar una salida «más o menos» democrática a la crisis política que enfrenta el país andino.

«Espero que la desgracia que padece Bolivia la pueda superar. Parecería que hay una salida más o menos democrática. Tal vez no sea lo mejor, pero parecería que es posible. Sobre todo para que en Bolivia no se entierre en la intolerancia y pueda superar algo que está en la base de los conflictos. Hay gotas venenosas de ricino en todo esto», afirmó.

La derrota de la izquierda en Uruguay

Al ser cuestionado sobre la derrota del Frente Amplio (FA) en las elecciones presidenciales de Uruguay, el exmandatario consideró que el estancamiento económico provocado por la crisis en Brasil y Argentina, jugó un papel fundamental en el triunfo del centroderechista Luis Lacalle Pou.

«Es multicausal. La sociedad por todas partes está muy ansiosa. Hay un inconformismo latente, que es consecuencia de la etapa cultural que nos toca vivir», indicó.

Mujica consideró que el distanciamiento de la burocracia estatal con la gente, pudo haber jugado un papel en la derrota de la izquierda uruguaya, al igual que otras vicisitudes económicas.

«Hemos tenido un periodo de crecimiento pero ahora mismo la economía está medio congelada, porque tenemos dos vecinos enormes que están enfermos y eso se refleja también en nuestra economía. Tenemos que luchar para que la crisis de Argentina no nos arrastre, y otro tanto acontece con Brasil», apuntó.

Fanatismo, feminismo y nuevo proletariado

Mujica también consideró que la polarización ideológica del mundo actual obedece a una situación histórica, donde las disputas entre etnias, credos y clases sociales se han vuelto un fenómeno cada vez más común.

«El fanatismo es una actitud humana. Y el fanatismo es la negación permanente de la convivencia, de la aceptación intelectual de lo diferente. El fanatismo es negar el reinado de la duda. El fanatismo significa ignorar lo poco que sabemos y significa no tener tolerancia por lo poco que somos, ante los desafíos que tenemos que enfrentar. Pero, curiosamente, el fanatismo ha florecido como actitud. Y es muy fuerte», consideró.

También fue cuestionado en torno a los movimientos feministas que han tomado protagonismo en países latinoamericanos como Chile y México. En este sentido, consideró que las universidades son un motor que ha permitido impulsar una lucha contra las estructuras heteropatriarcales.

Mujica señaló que un fenómeno ineludible es el hecho de que los cambios en los modos de producción a nivel global generarán profesionales que se convertirán en el nuevo proletariado, lo que será clave para explicar los cambios políticos en los próximos años.

«Aquellos que llamamos proletario en mi época, serán los jóvenes universitarios en el mundo que viene«, concluyó.

RT

Manuel Hernández Borbolla

 

Staff de Notiissa.mx

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